El arzobispo de Tegucigalpa, coordinador del grupo de cardenales que asesora al Papa, recibió supuestamente grandes sumas de la Universidad Católica de Honduras. El purpurado ha respondido que utilizó ese dinero para obras sociales y el mantenimiento de sacerdotes y seminaristas
El Papa ha ordenado una investigación sobre la iglesia de Honduras, según confirmó este viernes la Santa Sede, después de que una revista italiana acusara al cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga de haber cobrado durante años grandes sumas de dinero de la Universidad Católica de Honduras.«Hay una investigación ordenada por el mismo Santo Padre», afirmó en un comunicado el portavoz de la oficina de prensa del Vaticano Greg Burke, sin aportar más detalles. Rodríguez Maradiaga es el coordinador del grupo de cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la curia romana.
En una información en la revista italiana L’Espresso, el periodista Emiliano Fittipaldi, autor del polémico libro Avaricia, sobre supuestos escándalos financieros en el Vaticano, apuntaba el jueves a pagos de «medio millón de euros al año por parte de la Universidad Católica de Honduras». Solo en 2015 el cardenal recibió supuestamente casi 600.000 dólares por su condición de Gran Canciller de la institución académica.
Fittipaldi asegura también que en el Vaticano están preocupados por la apertura de una investigación del Tribunal de Cuentas hondureño sobre el uso de grandes cantidades de dinero entregadas por el gobierno a la Fundación para la Educación y la Comunicación Social y a la Fundación Suyapa, ambas pertenecientes a la Iglesia local.
Según esta publicación, el Papa fue informado de las ganancias del cardenal y ordenó hace más de seis meses una investigación, que incluiría también «inversiones en empresas londinenses».
L’Espresso asegura que el Papa pidió al obispo argentino Jorge Casaretto una investigación sobre «los agujeros» económicos dejados por la fundación de Rodríguez Maradiaga, así como sobre sus inversiones «catastróficas».
Dada la gran cercanía de Francisco al cardenal Maradiaga, el caso adquiere aún mayor relevancia que otros sonados casos de este pontificado, como el llamado Vatileaks II –que sentó en el banquillo de la justicia vaticana al sacerdote español Lucio Angel Vallejo Balda y a la relaciones públicas Francesca Immacolata Chaouqui–, o la reciente condena contra los máximos responsables del hospital Bambino Gesù por el desvío de recursos para la reforma el ático del ex secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone. La investigación abierta por el Vaticano confirmaría, en cualquier caso, que el Papa va muy en serio en su exigencia de trasparencia y buena gestión en la Iglesia.
Otras informaciones apuntan, sin embargo, a que estas maniobras son en realidad nuevos ataques contra el Papa, que «no tiene intención de renunciar a la ayuda de uno de sus grandes electores», según Stanze Vaticana. Maradiaga cumple el 29 de diciembre los 75 años, momento en que tendrá que presentar la renuncia por razones de edad como arzobispo de Tegucigalpa, por lo que se abría buscado un momento para la publicación de estas informaciones que produjera la máxima desestabilización. Maradiaga, según esta versión, no cobró las grandes sumas de la Universidad Católica de Honduras para su beneficio propio, sino para obras sociales y el sostenimiento de sacerdotes.
El propio cardenal dijo esta versión a la agencia CNA y, tras negar que se realizaran las inversiones que atribuye a la archidiócesis L’Espresso, dijo que hace un año fue despedido «un administrador de la universidad porque estaba robando». Tras aquello fue publicado un libelo con «columnas» similares a las que ahora lanza L’Espresso.
Agencias / Alfa y Omega
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