La fundadora de la congregación de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y patrona de los emigrantes ostenta el honor de ser la primera santa de nacionalidad estadounidense. Crecida en el seno de una fervorosa familia cristiana, se hizo maestra y ejerció su profesión desde 1872 hasta 1874, año en que entró a formar parte de la comunidad de las Hermanas de la Providencia, que se ocupaba del cuidado de niñas huérfanas. Pero a instancias del obispo -buen conocedor de su espíritu misionero-, se decidió en 1880 a fundar la congregación de las Misioneras del Sagrado Corazón, que ella forjó con el parámetro de su fuerte personalidad espiritual. Precisamente, toda su espiritualidad está centrada en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Por lo que respecta a su nueva comunidad, la actividad de ésta comenzó en un convento abandonado, para ser reconocida oficialmente ocho años más tarde. Por encargo directo del papa León XIII, en 1899 Francisca se trasladó a Estados Unidos para atender de manera especial a los emigrantes italianos. Mal acogida al principio, tuvo que resignarse a enseñar el catecismo en un sótano, pero pronto se estableció en su primera escuela, a la que siguieron otros muchos centros de asistencia en América del Norte, América Latina y Europa. Se nacionalizó norteamericana en 1909.
De frágil salud, tras haber superado varias enfermedades murió de repente en Chicago, dejando tras de sí 67 fundaciones (escuelas, orfanatos, laboratorios, hospitales y clínicas) y alrededor de 1.300 misioneras continuadoras de su labor.
Por lo que respecta a su nueva comunidad, la actividad de ésta comenzó en un convento abandonado, para ser reconocida oficialmente ocho años más tarde. Por encargo directo del papa León XIII, en 1899 Francisca se trasladó a Estados Unidos para atender de manera especial a los emigrantes italianos. Mal acogida al principio, tuvo que resignarse a enseñar el catecismo en un sótano, pero pronto se estableció en su primera escuela, a la que siguieron otros muchos centros de asistencia en América del Norte, América Latina y Europa. Se nacionalizó norteamericana en 1909.
De frágil salud, tras haber superado varias enfermedades murió de repente en Chicago, dejando tras de sí 67 fundaciones (escuelas, orfanatos, laboratorios, hospitales y clínicas) y alrededor de 1.300 misioneras continuadoras de su labor.
J.M. Ballester Esquivias (@jmbe12)
Fecha de Publicación: 21 de Diciembre de 2015
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