miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los asesinos presos y libres piden el voto para Podemos ETA se deja coleta

Los asesinos presos piden el voto para Podemos

ETA se deja coleta

Eduardo García Serrano
Podemos y ETA son marxista-leninístas. Lo dos. Ahora los asesinos de ETA piden el voto para sus camaradas marxista-leninístas de Podemos. He ahí lo que nos espera con Pablo Iglesias y su tropa.
Los presos de ETA (en la foto Santi Potros) han pedido el voto para Podemos.
El colectivo de presos de la Organización Socialista Abertzale, Euskadi Ta Askatasuna, más conocida por el siniestro acrónimo de ETA, ha pedido el voto para Podemos y que su marca natural, su comando parlamentario, Amaiur, que se almena con la legitimidad retórica del crimen, el secuestro y la extorsión no se presente a las elecciones. Una hoja de laurel más para la corona de caspa de Podemos y un salivazo  para los esbirros parlamentarios del asesinato metódico, los diputados de Amaiur, cuya labor política no ha satisfecho las fauces de ETA.
Mientras Pablo Iglesias gallea en el suflé de las encuestas los estrategas electorales de ETA perciben que, con Amaiur, su forraje político no va más allá de la raya de Burgos, que permanece encapsulado en sus zulos y herricotabernas y que no transciende las sucias pintadas de sus gudaris municipales, ni la cartelería de su puerca propaganda consigue ir más lejos de los muros del barrio en los que están colgadas las jetas de sus asesinos más notables. En el totum revolutum que es Podemos parece ser que también caben las consignas y las aspiraciones políticas de la ETA, cuya ideología es marxista-leninista, exactamente igual que la del soviet supremo de Podemos: Errejón, Echenique, Monedero, Iglesias y su dulcinea de Rivas Vaciamadrid, que conforma ella solita el comando de Podemos en IU. Todos marxista-leninistas, tal cual ETA.
Pablo Iglesias se hace la dama catequista ofendida cuando le dan la enhorabuena porque los asesinos de la ETA están saliendo a la calle, como él pedía. Ahora que ellos y toda su parentela le van a llenar la urna de votos a Podemos, es de esperar que Pablito se rasgue la camisa de Alcampo y se llene la coleta de ceniza. Es la suya una indignación táctica, nacida del ejercicio del cinismo como estrategia política. Pablo Iglesias se ha hartado de hacer romerías y bolos en foros proetarras ( la videoteca no miente ) en los que justificaba el asesinato industrial de la ETA, primero porque según él ( pobrecito, sigue sin enterarse de nada ) ETA luchaba contra la Dictadura de Franco, y después porque todo pueblo tiene derecho a luchar por su libertad. Bueno, pues prisionero de sus palabras, habría que recordarle a Pablo Iglesias que sus camaradas marxista-leninistas de la ETA, no hacen prisioneros, capturan rehenes a los que les sacan mucha rentabilidad. Ahora se encuentra con que los terroristas vocean y piden el voto para Podemos. Santi Potros y la Tigresa, Pakito y Plazaola, Josu Ternera y De Juana, Fitipaldi y Valentín Lasarte, Troitiño e Iñaqui de Rentería, que han llenado los tanatorios de muertos y a miles de familias españolas de luto, van a votar a Podemos. ¿Hay quién dé más bosta electoral ? No, sólo Podemos y sus camaradas marxista-leninistas de la ETA. 

Presentan la misa de la Virgen de Guadalupe en el Vaticano

Presentan la misa de la Virgen de Guadalupe en el Vaticano

Será el 12 de diciembre en la Basílica de S. Pedro. El canto de la misa criolla no será un concierto, sino parte de la liturgia


El santo padre Francisco le ha confiado a la Pontifica Comisión para América Latina (CAL) la organización de este evento que se realizará este viernes 12 de diciembre en la basílica de San Pedro. Lo indicó el profesor Guzmán Carriquiry en la rueda de prensa que se realizó este miércoles en la Radio Vaticano, durante la cual se presentó el evento. Estaban presentes el nuevo embajador argentino designado ante la Santa Sede, Eduardo Valdés; la ministra de Cultura, Teresa Parodi; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; la cantante Patricia Sosa, y el maestro Facundo Ramirez, hijo del compositor de la misa criolla, Ariel Ramirez.
El papa Francisco cuando recibió esta mañana a Facundo Ramirez en Santa Marta, le dijo: “Tu padre era una gran persona y un místico, cualquiera que haya escuchado el 'Cordero de Dios' se da cuenta”, narró Facundo.
“La concelebración presidida por el Santo Padre, el primer papa latinoamericano de dos mil años de historia de la Iglesia tiene una significación muy particular” dijo el secretario de la CAL. Y recordó que el Santo Padre indicó que la Virgen de Guadalupe hace parte del camino latinoamericano y de su identidad. “Porque Nuestra Señora de Guadalupe, dijo, es Patrona de América Latina pero también emperatriz de todo el continente americano, incluso patrona de las Filipinas”.
Precisó que la misa criolla en la Basílica de San Pedro no va a ser un concierto, sino una celebración litúrgica, eucarística, acompañada por los hermosísimos cantos con finalidad litúrgica. También cantará el Coro Pontificio de la Capilla Sixtina, dando un adecuado mix.
La música de la misa criolla va a ser dirigida por Facundo Ramirez y cantada por Patricia Sosa. Algunos cantos litúrgicos, como el de ingreso, el final y eucarísticos, serán cantados por el coro de la Sixtina. También se entonará el himno guadalupano y un par de villancicos del folclor popular que acompañarán a una oración que rezará el papa Francisco. Se indicó además que los villancicos, que tienen la letra del poeta Felix Luna, van a interpretarlos dos músicos que acompañaron a Ariel durante muchos años.
Añadió que unos mil filipinos residentes en Roma, pidieron entradas para la celebración del 12, pues quieren ver al Papa antes que viaje a las Filipinas el mes que viene.
Precisó que la misa será celebrada por 750 sacerdotes, mayoritariamente latinoamericanos que estudian en Roma. La eucaristía será concelebrada por cinco cardenales: el cardenal Norberto Rivera Carreras porque es el custodio de la sagrada imagen de Guadalupe y arzobispo de la ciudad de México; el cardenal Raymundo Damasceno, presidente de la Conferencia episcopal de obispos de Brasil, y luso brasileño; el cardenal Francisco Javier Errázuriz, de Chile; el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y al mismo tiempo canadiense; y el cardenal Sean O'Malley estadounidense con un fuerte arraigo en la comunidad hispana en Estados Unidos. Comentó también que el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Poli había sido invitado pero que no había podido por empeños ya tomados.
El profesor Carriquiry indicó que el primer viaje de Ariel Ramirez, fue aproximadamente en marzo de 1967, cuando entrega su obra musical en las manos de Pablo VI.
Intervinieron también el embajador nombrado de Argentina, que no escondió su alegría y emoción por participar en este evento; la ministra Paroli, que subrayó todo el legajo que dejó Ariel Ramirez y que llega con sentimiento religioso profundo en el corazón del pueblo. Patricia Sosa que venía desde el rock, logró preparar esta obra magnífica con un aporte personal que trae y narró su encuentro y posterior colaboración con el compositor Ariel. Por su parte el secretario de culto de Argentina, Guillermo Oliveri, recordó que sobre el evento se comenzó a hablar a inicios de año, con el embajador Juan Pablo Cafiero, y se preparó en muchas reuniones en las que todo se encaminó con naturalidad. El maestro Facundo Ramirez agradeció emocionado, por este evento que se ha organizado por los 50 años de la composición realizada por su padre Ariel. El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, comentó que cuando era estudiante en filosofía, un buen número de seminaristas eran latinoamericanos y ya cantaban una parte de la Misa criolla.
Muchos años después de su composición, la misa criolla fue en 1988 interpretada por el tenor José Carreras, en el aula Pablo VI. Y hace tres años en la basílica de San Pedro, se cantó la misa criolla en una misa ante la Virgen de Guadalupe, celebrada por Benedicto XVI.
Ver también: 'Más que a un Papa latinoamericano, es responder a la Virgen de Guadalupe'

'No esclavos sino hermanos', mensaje de la Jornada Mundial de la Paz

'No esclavos sino hermanos', mensaje de la Jornada Mundial de la Paz

Texto completo del mensaje del Santo Padre Francisco para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz que se celebra el 1 de enero


1. Al comienzo de un nuevo año, que recibimos como una gracia y un don de Dios a la humanidad, deseo dirigir a cada hombre y mujer, así como a los pueblos y naciones del mundo, a los jefes de Estado y de Gobierno, y a los líderes de las diferentes religiones, mis mejores deseos de paz, que acompaño con mis oraciones por el fin de las guerras, los conflictos y los muchos de sufrimientos causados por el hombre o por antiguas y nuevas epidemias, así como por los devastadores efectos de los desastres naturales. Rezo de modo especial para que, respondiendo a nuestra común vocación de colaborar con Dios y con todos los hombres de buena voluntad en la promoción de la concordia y la paz en el mundo, resistamos a la tentación de comportarnos de un modo indigno de nuestra humanidad.En el mensaje para el 1 de enero pasado, señalé que del «deseo de una vida plena… forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer».(1)  Siendo el hombre un ser relacional, destinado a realizarse en un contexto de relaciones interpersonales inspiradas por la justicia y la caridad, es esencial que para su desarrollo se reconozca y respete su dignidad, libertad y autonomía. Por desgracia, el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad. Este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad, adquiere múltiples formas sobre las que deseo hacer una breve reflexión, de modo que, a la luz de la Palabra de Dios, consideremos a todos los hombres «no esclavos, sino hermanos».

A la escucha del proyecto de Dios sobre la humanidad
2. El tema que he elegido para este mensaje recuerda la carta de san Pablo a Filemón, en la que le pide que reciba a Onésimo, antiguo esclavo de Filemón y que después se hizo cristiano, mereciendo por eso, según Pablo, que sea considerado como un hermano. Así escribe el Apóstol de las gentes: «Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido» (Flm 15-16). Onésimo se convirtió en hermano de Filemón al hacerse cristiano. Así, la conversión a Cristo, el comienzo de una vida de discipulado en Cristo, constituye un nuevo nacimiento (cf. 2 Co 5,17; 1 P 1,3) que regenera la fraternidad como vínculo fundante de la vida familiar y base de la vida social.
En el libro del Génesis, leemos que Dios creó al hombre, varón y hembra, y los bendijo, para que crecieran y se multiplicaran (cf. 1,27-28): Hizo que Adán y Eva fueran padres, los cuales, cumpliendo la bendición de Dios de ser fecundos y multiplicarse, concibieron la primera fraternidad, la de Caín y Abel. Caín y Abel eran hermanos, porque vienen del mismo vientre, y por lo tanto tienen el mismo origen, naturaleza y dignidad de sus padres, creados a imagen y semejanza de Dios.

Pero la fraternidad expresa también la multiplicidad y diferencia que hay entre los hermanos, si bien unidos por el nacimiento y por la misma naturaleza y dignidad. Como hermanos y hermanas, todas las personas están por naturaleza relacionadas con las demás, de las que se diferencian pero con las que comparten el mismo origen, naturaleza y dignidad. Gracias a ello la fraternidad crea la red de relaciones fundamentales para la construcción de la familia humana creada por Dios.
Por desgracia, entre la primera creación que narra el libro del Génesis y el nuevo nacimiento en Cristo, que hace de los creyentes hermanos y hermanas del «primogénito entre muchos hermanos» (Rm 8,29), se encuentra la realidad negativa del pecado, que muchas veces interrumpe la fraternidad creatural y deforma continuamente la belleza y nobleza del ser hermanos y hermanas de la misma familia humana. Caín, además de no soportar a su hermano Abel, lo mata por envidia cometiendo el primer fratricidio. «El asesinato de Abel por parte de Caín deja constancia trágicamente del rechazo radical de la vocación a ser hermanos. Su historia (cf. Gn 4,1-16) pone en evidencia la dificultad de la tarea a la que están llamados todos los hombres, vivir unidos, preocupándose los unos de los otros».(2)

También en la historia de la familia de Noé y sus hijos (cf. Gn 9,18-27), la maldad de Cam contra su padre es lo que empuja a Noé a maldecir al hijo irreverente y bendecir a los demás, que sí lo honraban, dando lugar a una desigualdad entre hermanos nacidos del mismo vientre.
En la historia de los orígenes de la familia humana, el pecado de la separación de Dios, de la figura del padre y del hermano, se convierte en una expresión del rechazo de la comunión traduciéndose en la cultura de la esclavitud (cf. Gn 9,25-27), con las consecuencias que ello conlleva y que se perpetúan de generación en generación: rechazo del otro, maltrato de las personas, violación de la dignidad y los derechos fundamentales, la institucionalización de la desigualdad. De ahí la necesidad de convertirse continuamente a la Alianza, consumada por la oblación de Cristo en la cruz, seguros de que «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia... por Jesucristo» (Rm 5,20.21). Él, el Hijo amado (cf. Mt 3,17), vino a revelar el amor del Padre por la humanidad. El que escucha el evangelio, y responde a la llamada a la conversión, llega a ser en Jesús «hermano y hermana, y madre» (Mt 12,50) y, por tanto, hijo adoptivo de su Padre (cf. Ef 1,5).

No se llega a ser cristiano, hijo del Padre y hermano en Cristo, por una disposición divina autoritativa, sin el concurso de la libertad personal, es decir, sin convertirse libremente a Cristo. El ser hijo de Dios responde al imperativo de la conversión: «Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2,38). Todos los que respondieron con la fe y la vida a esta predicación de Pedro entraron en la fraternidad de la primera comunidad cristiana (cf. 1 P 2,17; Hch 1,15.16; 6,3; 15,23): judíos y griegos, esclavos y hombres libres (cf. 1 Co 12,13; Ga 3,28), cuya diversidad de origen y condición social no disminuye la dignidad de cada uno, ni excluye a nadie de la pertenencia al Pueblo de Dios. Por ello, la comunidad cristiana es el lugar de la comunión vivida en el amor entre los hermanos (cf. Rm 12,10; 1 Ts 4,9; Hb 13,1; 1 P 1,22; 2 P 1,7).

Todo esto demuestra cómo la Buena Nueva de Jesucristo, por la que Dios hace «nuevas todas las cosas» (Ap 21,5),(3)  también es capaz de redimir las relaciones entre los hombres, incluida aquella entre un esclavo y su amo, destacando lo que ambos tienen en común: la filiación adoptiva y el vínculo de fraternidad en Cristo. El mismo Jesús dijo a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15).

Múltiples rostros de la esclavitud de entonces y de ahora
3. Desde tiempos inmemoriales, las diferentes sociedades humanas conocen el fenómeno del sometimiento del hombre por parte del hombre. Ha habido períodos en la historia humana en que la institución de la esclavitud estaba generalmente aceptada y regulada por el derecho. Éste establecía quién nacía libre, y quién, en cambio, nacía esclavo, y en qué condiciones la persona nacida libre podía perder su libertad u obtenerla de nuevo. En otras palabras, el mismo derecho admitía que algunas personas podían o debían ser consideradas propiedad de otra persona, la cual podía disponer libremente de ellas; el esclavo podía ser vendido y comprado, cedido y adquirido como una mercancía.
Hoy, como resultado de un desarrollo positivo de la conciencia de la humanidad, la esclavitud, crimen de lesa humanidad,(4)  está oficialmente abolida en el mundo. El derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable.
Sin embargo, a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno, todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud.
Me refiero a tantos trabajadores y trabajadoras, incluso menores, oprimidos de manera formal o informal en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, de la industria manufacturera a la minería, tanto en los países donde la legislación laboral no cumple con las mínimas normas y estándares internacionales, como, aunque de manera ilegal, en aquellos cuya legislación protege a los trabajadores.
Pienso también en las condiciones de vida de muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente. En aquellos que, una vez llegados a su destino después de un viaje durísimo y con miedo e inseguridad, son detenidos en condiciones a veces inhumanas. Pienso en los que se ven obligados a la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos y económicos, y en aquellos que, con el fin de permanecer dentro de la ley, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles, sobre todo cuando las legislaciones nacionales crean o permiten una dependencia estructural del trabajador emigrado con respecto al empleador, como por ejemplo cuando se condiciona la legalidad de la estancia al contrato de trabajo... Sí, pienso en el «trabajo esclavo».
Pienso en las personas obligadas a ejercer la prostitución, entre las que hay muchos menores, y en los esclavos y esclavas sexuales; en las mujeres obligadas a casarse, en aquellas que son vendidas con vistas al matrimonio o en las entregadas en sucesión, a un familiar después de la muerte de su marido, sin tener el derecho de dar o no su consentimiento.
No puedo dejar de pensar en los niños y adultos que son víctimas del tráfico y comercialización para la extracción de órganos, para ser reclutados como soldados, para la mendicidad, para actividades ilegales como la producción o venta de drogas, o para formas encubiertas de adopción internacional.
Pienso finalmente en todos los secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas, puestos a su servicio como combatientes o, sobre todo las niñas y mujeres, como esclavas sexuales. Muchos de ellos desaparecen, otros son vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados.

Algunas causas profundas de la esclavitud
4. Hoy como ayer, en la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto. Cuando el pecado corrompe el corazón humano, y lo aleja de su Creador y de sus semejantes, éstos ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos. La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, queda privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin.
Junto a esta causa ontológica –rechazo de la humanidad del otro¬– hay otras que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud. Me refiero en primer lugar a la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo. Con frecuencia, las víctimas de la trata y de la esclavitud son personas que han buscado una manera de salir de un estado de pobreza extrema, creyendo a menudo en falsas promesas de trabajo, para caer después en manos de redes criminales que trafican con los seres humanos. Estas redes utilizan hábilmente las modernas tecnologías informáticas para embaucar a jóvenes y niños en todas las partes del mundo.
Entre las causas de la esclavitud hay que incluir también la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares. «Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, en el centro de todo sistema social o económico, tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el dominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores».(5)

Otras causas de la esclavitud son los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo. Muchas personas son secuestradas para ser vendidas o reclutadas como combatientes o explotadas sexualmente, mientras que otras se ven obligadas a emigrar, dejando todo lo que poseen: tierra, hogar, propiedades, e incluso la familia. Éstas últimas se ven empujadas a buscar una alternativa a esas terribles condiciones aun a costa de su propia dignidad y supervivencia, con el riesgo de entrar de ese modo en ese círculo vicioso que las convierte en víctimas de la miseria, la corrupción y sus consecuencias perniciosas.
Compromiso común para derrotar la esclavitud 
5. Con frecuencia, cuando observamos el fenómeno de la trata de personas, del tráfico ilegal de los emigrantes y de otras formas conocidas y desconocidas de la esclavitud, tenemos la impresión de que todo esto tiene lugar bajo la indiferencia general.
Aunque por desgracia esto es cierto en gran parte, quisiera mencionar el gran trabajo silencioso que muchas congregaciones religiosas, especialmente femeninas, realizan desde hace muchos años en favor de las víctimas. Estos Institutos trabajan en contextos difíciles, a veces dominados por la violencia, tratando de romper las cadenas invisibles que tienen encadenadas a las víctimas a sus traficantes y explotadores; cadenas cuyos eslabones están hechos de sutiles mecanismos psicológicos, que convierten a las víctimas en dependientes de sus verdugos, a través del chantaje y la amenaza, a ellos y a sus seres queridos, pero también a través de medios materiales, como la confiscación de documentos de identidad y la violencia física. La actividad de las congregaciones religiosas se estructura principalmente en torno a tres acciones: la asistencia a las víctimas, su rehabilitación bajo el aspecto psicológico y formativo, y su reinserción en la sociedad de destino o de origen.
Este inmenso trabajo, que requiere coraje, paciencia y perseverancia, merece el aprecio de toda la Iglesia y de la sociedad. Pero, naturalmente, por sí solo no es suficiente para poner fin al flagelo de la explotación de la persona humana. Se requiere también un triple compromiso a nivel institucional de prevención, protección de las víctimas y persecución judicial contra los responsables. Además, como las organizaciones criminales utilizan redes globales para lograr sus objetivos, la acción para derrotar a este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto y también global por parte de los diferentes agentes que conforman la sociedad.
Los Estados deben vigilar para que su legislación nacional en materia de migración, trabajo, adopciones, deslocalización de empresas y comercialización de los productos elaborados mediante la explotación del trabajo, respete la dignidad de la persona. Se necesitan leyes justas, centradas en la persona humana, que defiendan sus derechos fundamentales y los restablezcan cuando son pisoteados, rehabilitando a la víctima y garantizando su integridad, así como mecanismos de seguridad eficaces para controlar la aplicación correcta de estas normas, que no dejen espacio a la corrupción y la impunidad. Es preciso que se reconozca también el papel de la mujer en la sociedad, trabajando también en el plano cultural y de la comunicación para obtener los resultados deseados.
Las organizaciones intergubernamentales, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, están llamadas a implementar iniciativas coordinadas para luchar contra las redes transnacionales del crimen organizado que gestionan la trata de personas y el tráfico ilegal de emigrantes. Es necesaria una cooperación en diferentes niveles, que incluya a las instituciones nacionales e internacionales, así como a las organizaciones de la sociedad civil y del mundo empresarial.
Las empresas(6),  en efecto, tienen el deber de garantizar a sus empleados condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados, pero también han de vigilar para que no se produzcan en las cadenas de distribución formas de servidumbre o trata de personas. A la responsabilidad social de la empresa hay que unir la responsabilidad social del consumidor. Pues cada persona debe ser consciente de que «comprar es siempre un acto moral, además de económico».(7)
Las organizaciones de la sociedad civil, por su parte, tienen la tarea de sensibilizar y estimular las conciencias acerca de las medidas necesarias para combatir y erradicar la cultura de la esclavitud.
En los últimos años, la Santa Sede, acogiendo el grito de dolor de las víctimas de la trata de personas y la voz de las congregaciones religiosas que las acompañan hacia su liberación, ha multiplicado los llamamientos a la comunidad internacional para que los diversos actores unan sus esfuerzos y cooperen para poner fin a esta plaga.(8)  Además, se han organizado algunos encuentros con el fin de dar visibilidad al fenómeno de la trata de personas y facilitar la colaboración entre los diferentes agentes, incluidos expertos del mundo académico y de las organizaciones internacionales, organismos policiales de los diferentes países de origen, tránsito y destino de los migrantes, así como representantes de grupos eclesiales que trabajan por las víctimas. Espero que estos esfuerzos continúen y se redoblen en los próximos años.

Globalizar la fraternidad, no la esclavitud ni la indiferencia
6. En su tarea de «anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad»,(9)  la Iglesia se esfuerza constantemente en las acciones de carácter caritativo partiendo de la verdad sobre el hombre. Tiene la misión de mostrar a todos el camino de la conversión, que lleve a cambiar el modo de ver al prójimo, a reconocer en el otro, sea quien sea, a un hermano y a una hermana en la humanidad; reconocer su dignidad intrínseca en la verdad y libertad, como nos lo muestra la historia de Josefina Bakhita, la santa proveniente de la región de Darfur, en Sudán, secuestrada cuando tenía nueve años por traficantes de esclavos y vendida a dueños feroces. A través de sucesos dolorosos llegó a ser «hija libre de Dios», mediante la fe vivida en la consagración religiosa y en el servicio a los demás, especialmente a los pequeños y débiles. Esta Santa, que vivió entre los siglos XIX y XX, es hoy un testigo ejemplar de esperanza(10)  para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos aquellos que se dedican a luchar contra esta «llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo».(11)
En esta perspectiva, deseo invitar a cada uno, según su puesto y responsabilidades, a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. Preguntémonos, tanto comunitaria como personalmente, cómo nos sentimos interpelados cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas. Algunos hacen la vista gorda, ya sea por indiferencia, o porque se desentienden de las preocupaciones diarias, o por razones económicas. Otros, sin embargo, optan por hacer algo positivo, participando en asociaciones civiles o haciendo pequeños gestos cotidianos –que son tan valiosos–, como decir una palabra, un saludo, un «buenos días» o una sonrisa, que no nos cuestan nada, pero que pueden dar esperanza, abrir caminos, cambiar la vida de una persona que vive en la invisibilidad, e incluso cambiar nuestras vidas en relación con esta realidad.
Debemos reconocer que estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo,(12)  que se hace visible a través de los numerosos rostros de los que él mismo llama «mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45).
Sabemos que Dios nos pedirá a cada uno de nosotros: ¿Qué has hecho con tu hermano? (cf. Gn 4,9-10). La globalización de la indiferencia, que ahora afecta a la vida de tantos hermanos y hermanas, nos pide que seamos artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que les dé esperanza y los haga reanudar con ánimo el camino, a través de los problemas de nuestro tiempo y las nuevas perspectivas que trae consigo, y que Dios pone en nuestras manos.
Vaticano, 8 de diciembre de 2014
(1)  N. 1.
(2)  Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2014, 2.
(3)  Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 11.
(4)  Cf. Discurso a la Asociación internacional de Derecho penal, 23 octubre 2014: L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 8.
(5)  Discurso a los participantes en el encuentro mundial de los movimientos populares, 28 octubre 2014: L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 3.
(6)  Cf. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA JUSTICIA Y LA PAZ, La vocazione del leader d’impresa. Una riflessione, Milano e Roma, 2013.
(7)  BENEDICTO XVI, Cart. enc. Caritas in veritate, 66.
(8)  Cf. Mensaje al Sr. Guy Ryder, Director general de la Organización internacional del trabajo, con motivo de la Sesión 103 de la Conferencia de la OIT, 22 mayo 2014: L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 6 junio 2014, p. 3.
(9)  BENEDICTO XVI, Carta. enc. Caritas in veritate, 5.
(10)  «A través del conocimiento de esta esperanza ella fue “redimida”, ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios» (BENEDICTO XVI, Carta. enc. Spe salvi, 3).
(11)  Discurso a los participantes en la II Conferencia internacional sobre la Trata de personas: Church and Law Enforcement in partnership, 10 abril 2014: L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 11 abril 2014, p. 9; cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 270.
(12)  Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24; 270.

Francisco explicó qué fue el Sínodo de los Obispos

Francisco explicó qué fue el Sínodo de los Obispos

El Santo Padre, en la audiencia general, precisó que el Sínodo no es un parlamento donde debaten diversos partidos o grupos de poder, sino un espacio privilegiado en el que actúa el Espíritu Santo


El santo padre Francisco y miles de fieles han desafiado al frío de diciembre para participar en la audiencia general de este miércoles. En la plaza de san Pedro, aunque visiblemente más vacía que otros días, se oía igualmente el entusiasmo y los ‘viva el Papa’ que gritaban los peregrinos venidos de todo el mundo, cuando veían pasar el papamóvil.
El Papa, que hoy llevaba el abrigo blanco, ha saludado a los presentes con cercanía y en algunas ocasiones se ha detenido el jeep para bendecir y besar a algún niño, dar la mano a los que estaban en primera fila o intercambiar su solideo. En la plaza hoy se podía ver además, el árbol de Navidad que llegó la semana pasada y ya han empezado a decorarlo.
Esta semana Francisco ha dado por concluida la serie de catequesis que ha hecho sobre la Iglesia y hoy ha dado inicio a un nuevo ciclo, esta vez sobre la familia. De este modo, ha decidido comenzar explicando algunos detalles sobre el Sínodo de los Obispos celebrado el pasado mes de octubre. En el resumen hecho en español ha indicado que “La Asamblea sinodal extraordinaria del pasado mes de octubre trató sobre ‘Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización’. Un Sínodo no es un parlamento donde debaten diversos partidos o grupos de poder, sino un espacio privilegiado y protegido de comunión, en el que actúa el Espíritu Santo. Con este convencimiento, pedí a los Padres sinodales que no tuviesen reparo en hablar con franqueza y libertad, escuchando a los demás con respeto y humildad. No hubo censura previa”.
Asimismo ha asegurado que “El Documento de trabajo, fruto de la consulta a toda la Iglesia, fue la base de la primera Relación, previa al diálogo fraterno que se produjo en el Aula sinodal, sin poner jamás en duda las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. Seguidamente, los grupos lingüísticos trabajaron a partir de una segunda Relación que recogía las diversas opiniones manifestadas en el Aula. Y, con estas aportaciones, se elaboró una Relación final, que será enviada a las Conferencias Episcopales de todo el mundo para que preparen la próxima Asamblea ordinaria en 2015”.
Por tanto --ha concluido-- aunque todos estos pasos han sido publicados, los únicos documentos “oficiales” del Sínodo son tres: la Relación final, el Mensaje a las familias y el Discurso conclusivo del Papa, que espero ayuden al Pueblo de Dios.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. A ellos les ha dicho: “queridos hermanos, el camino sinodal continúa. Les ruego que acompañen este proceso con la oración, pidiendo a la Virgen María que nos ayude a tomar las decisiones pastorales más adecuadas para el bien las familias”.
Al finalizar, después de saludar a todos los fieles de las distintas lenguas, ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, los enfermos y a los recién casados. El Papa ha recordado que hoy celebramos la memoria de la beata Virgen de Loreto. Por eso, ha pedido a los jóvenes que imiten "a la madre de Jesús para prepararse con alegría a la Navidad”. Además, ha pedido que “su celeste protección"  sostenga a los enfermos "en el llevar vuestra cruz cotidiana”. Finalmente, el Pontífice ha deseado que “su abandono a la voluntad del Padre" recuerde a los recién casados, "la presencia fecunda de la Providencia en vuestra familia”.  

¿Puede haber contradicción entre la ciencia y la Fe?

¿Puede haber contradicción entre la ciencia y la Fe?

¿Puede haber contradicción entre la ciencia y la Fe?

PREGUNTA: ¿Puede haber contradicción entre las verdades que nos ofrece la Ciencia y las que  nos enseña la Fe?
RESPUESTA: NO. Tanto las verdades científicas como las verdades de nuestra Fe son diferentes dimensiones de la misma y única verdad que es Dios. Recordemos que Dios es el Sumo Bien, la Suma Verdad… y Dios no puede contradecirse a sí mismo. Si tanto las verdades científicas como las verdades de nuestra Fe tienen en Dios su origen, eso quiere decir que no pueden contraponerse entre sí. Tal como nos dice la Lógica: dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí.
PREGUNTA: ¿Entonces qué pasa cuando algunos científicos nos dicen que el hombre procede del mono? O ¿Cuándo algunos teólogos decían que la Tierra era el centro del universo?
RESPUESTA: Primero de todo no confundamos las verdades de nuestra Fe con las opiniones de los teólogos. En la verdad revelada nunca hay error; pero sí puede haber error cuando el hombre hace interpretación inadecuada de la misma.
Cuando en la Edad Media algunos teólogos (que no la Iglesia) decían que la Tierra estaba en el centro del universo y que el Sol giraba a su alrededor, eso eran malinterpretaciones hechas por esos teólogos de una verdad científica sobre la cual ellos no tenían competencia alguna. La Fe nos dice que el mundo fue creado por Dios, pero averiguar cómo se dispone el movimiento de los planetas, etc.., eso es cosa de la Ciencia y no de la Teología.
PREGUNTA: ¿Y qué pasa con la Teoría de la Evolución? ¿Quién tiene razón la Ciencia o la Fe?
RESPUESTA: La Fe nos dice que el hombre fue creado por Dios. Dios, sopló el aliento de vida (el alma) sobre el barro y modeló con sus manos al primer hombre.
Quitando la imaginería que pueda tener esta explicación sencilla, lo que la Iglesia defiende es que el alma del hombre es creada directamente por Dios. Y Dios también moldea una materia preexistente para que de ella se forme el primer cuerpo humano.
Esos son los límites que la revelación nos pone. Cualquier explicación que la Ciencia o la Teología quieran dar tendrá que respetar esos límites si quiere atenerse a la verdad. Cualquier explicación que la Ciencia o la Teología nos dé que atente contra la verdad revelada podemos estar seguros que es errónea.
PREGUNTA: ¿Entonces están equivocados aquellos científicos (o teólogos) que dicen que el hombre procede del mono por una mera evolución material?
RESPUESTA: Totalmente equivocados. Esa conclusión atenta directamente contra una verdad revelada y por ello podemos concluir que es errónea. Tanto la Ciencia como la Teología tendrán que respetar los límites que la revelación ha puesto si quiere explicar mejor el origen del hombre o del universo…
PREGUNTA: Y cuando sobre una verdad hablan tanto la Ciencia como la Teología ¿quién tiene la razón la Ciencia o la Teología?
RESPUESTA: Cada una ha de trabajar en su propio campo. Lo que sí hemos de tener en cuenta es que hay muchas verdades que han sido reveladas por Dios. En esas verdades no es posible error alguno. Es por ello que tanto la Ciencia como la Teología serían más inteligentes si antes de sacar sus conclusiones comprobaran lo que Dios nos había dicho sobre esos temas. Eso ahorraría al hombre cometer muchos errores. Cualquier conclusión científica o teológica que vaya en contra de la Verdad que es Dios, podemos estar seguros que es errónea.
El libro de matemáticas que tiene el profesor suele dar la solución correcta al final de cada problema. Cuando el alumno le presenta el examen lo único que tiene que hacer el profesor es comprobar si el resultado que da el alumno es el mismo que nos da el libro. Con ello sabremos si el alumno estaba en lo cierto o no. Eso mismo es lo que tendrían que hacer una buena Ciencia o una sana Teología, comprobar si sus resultados son los que aparecen en el Libro del Maestro (Dios). Y más inteligente todavía sería ver cuáles son los límites o barreras que Dios nos ha puesto antes de empezar nuestras elucubraciones. Ello nos ayudaría a no traspasarlos en ningún momento, y como consecuencia nuestras conclusiones estarían siempre más cerca de la verdad.
Las verdades de nuestra Fe contenidas en la revelación han de ser siempre hitos o marcas seguras que ayudarán al hombre, ya sea científico o teólogo, en el descubrimiento de la verdad. Si tiene alguna duda y está a mi alcance aclararla, puede hacer un comentario manifestando el punto concreto sobre el que desee que le escriba.
Padre Lucas Prados

El libre examen protestante y el espíritu del Concilio

El libre examen protestante y el espíritu del Concilio

El libre examen protestante y el espíritu del Concilio

No pocos han sido los que con perplejidad y asombro han visto como miembros destacados de la Jerarquía eclesiástica han expresado, mantenido y justificado opiniones personales contrarias a la Tradición y al Magisterio en cuestiones de moral en el reciente Sínodo sobre la familia. ¿Por qué lo han hecho? Sólo tenemos una respuesta: se han sentido “aliviados” del “peso” de la autoridad de la Tradición y Magisterio de la Iglesia. Ya para ellos la autoridad de la Iglesia ya no es luz en esa materia, sino opacidad que ya no alumbra, y por esta razón se han guiado por una nueva fuente de luz: su autonomía personal. La nueva autoridad ya no está en la Tradición y Magisterio sino en la propia persona. Lo importante es lo que “yo pienso”.
Si nos vamos al campo de la liturgia, ¿qué decir? ¿Dónde están las normas litúrgicas? ¿Dónde la autoridad de la Iglesia? Lo que se denomina liturgia creativa no es más que la consecuencia de la autonomía personal, que libre de la autoridad eclesiástica, se ha convertido en la nueva fuente de autoridad litúrgica.
Pero, ¿qué es el libre examen de nuestros hermanos protestantes? Creo que se puede resumir en el rechazo total a la autoridad. La palabra autoridad es para el protestante sinónimo de Papa, Roma, Iglesia católica, Dogma, Tradición, Magisterio. Ese rechazo les lleva a quedarse únicamente con la Sagrada Escritura, y ésta interpretada libremente, libre examen.
El libre examen protestante jamás podrá ser aceptado por la Iglesia de iure. Pero de facto podemos ver algunas similitudes. Cuando se rechaza la autoridad de la Tradición y del Magisterio en pro de opiniones personales ¿no se reflejan algunos rasgos del libre examen dentro de nuestra Iglesia?
¿Cómo ha sido posible que se contradiga la autoridad del Magisterio en favor de opiniones personales, y aún se justifiquen con vehemencia? De alguna forma el libre examen protestante ha entrado en la Iglesia católica, y ha sido de la mano de un verdadero y exitoso caballo de Troya: el espíritu del Concilio. Con matices, podemos decir que el libre examen es al protestantismo con el espíritu del Concilio al catolicismo. El “espíritu del Concilio” ha sido y es la panacea para todo tipo de atropellos, ya sea en cuestión litúrgica como en otros campos de la teología y de la fe.
Si se acepta esta opinión se puede entender mejor el rechazo a la liturgia tradicional y a la tradición en general. Pues para ese falso “espíritu del Concilio” no hay nada más opuesto que la Tradición. Pues nos encontramos ante dos actitudes opuestas: autonomía personal y autoridad.
La mentalidad de la autonomía personal ha arraigado fuertemente en la Iglesia, en todos los sectores y estratos, y, además, con el pleno convencimiento de que en eso consiste la verdadera reforma de la Iglesia. Se ha producido una verdadera fractura. Lo que se ha recibido de la Tradición, aunque bueno y respetable, ya no sirve para el mundo actual, ya no da cumplimiento a las necesidades de hoy. Por tanto, al rechazar lo recibido, hemos de pertrecharnos de nuevos contenidos que los obtenemos de nuestra autonomía personal. Libres del “peso” de la autoridad se sienten más ligeros con la propia opinión personal. Yo opino.
Difícil situación ésta, que ha creado una verdadera división dentro de la Iglesia trayendo consigo una verdadera confusión sobre lo que se ha de creer y cómo manifestarlo, llevando a muchos fieles a una situación de verdadero desamparo, angustia y hastío.
Pero la verdadera luz viene de la Tradición y del Magisterio, el verdadero camino nos lo marca el camino recorrido en los dos mil años de historia de la Iglesia. La Tradición sigue tan válida hoy como lo fue ayer, y perfectamente puede llenar las aspiraciones del hombre y mujer de hoy en día y dar perfecto cumplimiento a las necesidades del mundo actual.
La autoridad de la Tradición y del Magisterio nos libera del peligro de nuestra autonomía personal más prodiga en el beneficio y comodidad personal que en la búsqueda de la verdad de la salvación del alma.
Ave María gratia plena.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa

El gran impulso del Papa al rejuvenecimiento de Europa

El gran impulso del Papa al rejuvenecimiento de Europa

10 diciembre 2014. Salvador Bernal
religionconfidencial.com
El gran impulso del Papa al rejuvenecimiento de Europa
El papa Francisco desea contribuir a que Europa supere la crisis, pero difícilmente será posible si no reconsidera la visión de los padres fundadores de la Unión Europea: cristianos que construyeron una comunidad desde “la confianza en el hombre, no tanto como ciudadano, ni como sujeto económico, sino en cuanto persona dotada de una dignidad trascendente”
No era difícil entender la pasión europea de Juan Pablo II, elegido pontífice desde un país no solo lejano, sino situado tras el telón de acero. Resuena aún en muchos corazones la fuerza de su grito en el acto que presidió en la catedral de Santiago de Compostela, horas antes de culminar su viaje apostólico por España en 1982. No cesaría en sus esfuerzos, más aún después de la caída del muro de Berlín. Así, convocó un sínodo extraordinario de obispos en 1991, y otro más, celebrado inmediatamente antes del jubileo del 2000. De ahí surgiría su importante exhortación sobre la Iglesia en Europa, llena de sugerencias y enfoques atrayentes. Más tendría que trabajarse por estos pagos.
En el caso de Benedicto XVI, quizá la novedad fue el relativo contraste que configuró −también tras importantes experiencias personales entre África y Europa: un continente pobre el primero, pero lleno de alegría y de esperanza, de modo particular entre los cristianos. Esa juventud contrastaba, lo recordaría en Alemania, su país de origen, con el cansancio religioso que advertía en Europa.
Los dos pontífices ponían en primer plano la “nueva evangelización” del continente. De hecho, Benedicto creó un consejo dedicado principalmente a impulsarla. Y animó muchas iniciativas, como la del “patio de los gentiles”, para fomentar el diálogo cultural y religioso. Estaba persuadido de que la vieja Europa disponía de luces capaces de superar las graves incertidumbres que proyectaban sombras sobre la fe, desde los campos cultural, antropológico, ético y espiritual.
Desde luego, quedaba lejos toda nostalgia del antiguo Estado confesional, aun deplorando el laicismo o la separación hostil entre instituciones civiles y confesiones religiosas. Pero eso no significaba desconocer −con la Exhortación de 2003 que “en el proceso de integración del Continente, es de importancia capital tener en cuenta que la unión no tendrá solidez si queda reducida sólo a la dimensión geográfica y económica, pues ha de consistir ante todo en una concordia sobre los valores, que se exprese en el derecho y en la vida”.
Justamente −me parece ha querido destacar ahora el papa Francisco en Estrasburgo. Vale la pena releer sus discursos en la Eurocámara −el más largo quizá de su pontificado y en el Consejo de Europa, pues considero deficiente la información transmitida en España por buena parte de los medios de comunicación. Y no resulta ocioso subrayar que esa llamada a redescubrir la identidad −incluidas las raíces cristianas viene de un obispo de Roma nacido en Argentina.
La importancia del discurso pontificio se avalora por el contexto actual: hoy la Unión Europea no tiene el entusiasmo y la solidez de otros tiempos, a pesar del proceso de incorporación de nuevos Estados. Se ha producido cierto estancamiento cultural y político, no necesariamente dependiente, pero sí concomitante, del rechazo teórico o práctico de esos valores fundacionales. En la crisis de Europa y de sus instituciones, Francisco advierte la influencia de su negativa a reconocer las raíces cristianas y abrirse a lo trascendente, con el abandono de la noción de verdad y la prevalencia de relativismo y subjetivismo, promovidos por "imperios invisibles" de poderes fuertes, enemigos de la vida, la familia y la libertad religiosa. A su entender, de ahí deriva la gran enfermedad europea: la soledad de quien carece de vínculos.
Esa soledad se ha agravado por la crisis económica, con dramáticas consecuencias sociales. En parte, explica la mayor desconfianza de los ciudadanos hacia instituciones percibidas como distantes, alejadas de la sensibilidad de los pueblos. Provoca una sensación de fatiga y envejecimiento, de una “Europa abuela” ya no fértil ni vivaz: un cansancio ante la prevalencia de lo técnico o económico sobre lo antropológico. Ahí radica el fundamento de esa cultura del descarte, tantas veces fustigada por Francisco, porque reduce al ser humano a simple engranaje de un mecanismo que lo trata como una mercancía que se utiliza o se rechaza, como sucede con los enfermos terminales, los ancianos abandonados sin atención, o los niños muertos antes de nacer. Se comprende uno de sus gritos más escuchados: “no se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”.
El papa desea contribuir a que Europa supere la crisis. Pero difícilmente será posible si no reconsidera la visión de los padres fundadores de la Unión Europea: cristianos que construyeron una comunidad desde “la confianza en el hombre, no tanto como ciudadano, ni como sujeto económico, sino en cuanto persona dotada de una dignidad trascendente”. De hecho, aquí nació la auténtica noción de los derechos humanos: sus fuentes radican en Grecia y Roma, con sustratos celtas, germánicos y eslavos, y la argamasa cristiana que los plasmó profundamente, construyendo el concepto de persona.
Desde esas bases el futuro se abre con espléndidas perspectivas, como reafirmó el papa al final de su discurso en el Parlamento: Europa puede y debe volver a ser “protagonista, transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira, defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad.
“Mi esperanza −concluyó de modo análogo ante el Consejo de Europa− es que Europa, redescubriendo su patrimonio histórico y la profundidad de sus raíces, asumiendo su viva multipolaridad y el fenómeno de la transversalidad dialogante, reencuentre la juventud de espíritu que la ha hecho fecunda y grande”.
Salvador Bernal

Respetarse

Respetarse

10 diciembre 2014. Paco Sánchez Article Rating
Vagón Bar
Respetarse
Una conciencia auténtica no escuchada termina por callar, si no se pervierte antes
Esta página recogía ayer la historia de dos hombres: uno había perdido el bolso de su mujer, el otro lo había encontrado y se lo había devuelto sin abrirlo. Se trata de un relato refrescante en medio de las noticias, pero no infrecuente.
Un día perdí la cartera en Valladolid y me la devolvieron intacta, pese a que llevaba más dinero del normal porque estaba de viaje. Siempre que lo cuento, alguien corresponde con una anécdota similar. En la entrevista de ayer, Alfonso Andrade le preguntaba a Constantino Chao cómo se sentiría si no hubiera devuelto el bolso: “Tendría unos remordimientos enormes. De hecho, lo pasé mal al pensar cómo estaría sufriendo quien lo había perdido”. A eso siempre le hemos llamado conciencia.
En el equipamiento humano, la conciencia viene de serie, pero hay que configurarla para que responda bien. Y aun así, requiere mucho mantenimiento o se deforma. Una conciencia auténtica no escuchada termina por callar, si no se pervierte antes. Los dos entrevistados de ayer aluden a esto: “El que devuelve un bolso lo lleva en los genes, aunque también está la educación, lo que aprendemos en casa”, decía Antonio Míguez.
La calidad de la conciencia depende del concepto que cada uno tiene de sí mismo y de los demás. Algo a lo que contribuyen muchos elementos culturales. Es difícil, por ejemplo, que un niño o una niña que se han criado viendo pornografía respeten o se hagan respetar. Quien no se respeta se corrompe inevitablemente de mil maneras. También, quien no respeta a los demás, incluso a los que no quieren ser respetados. La conciencia auténtica conserva la sensibilidad, previene el embotamiento. Ahí reside la clave de la lucha contra la corrupción.
Paco Sánchez

El Papa a la Virgen: ‘Invocamos tu materna protección’

El Papa a la Virgen: ‘Invocamos tu materna protección’

10 diciembre 2014. news.va / romereports.com Article Rating
Cómo ya es tradición en la capital Italiana, el Obispo de Roma llevó una ofrenda floral a la estatua de la Inmaculada Concepción de la Plaza de España, en el centro de la ciudad. Cientos de personas esperaban en las calles adyacentes, o en las ventanas de los edificios cercanos, para poder ver y saludar al Papa en este soleado, pero frío lunes
Antes de llegar a su cita, el Santo Padre fue a la Basílica papal de Santa María la Mayor para rezar en su día, a la Salus Populi Romani.
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Oración que el Papa ha escrito para la Virgen

Oh María, Madre nuestra, hoy el pueblo de Dios en fiesta te venera Inmaculada, preservada desde siempre del contagio del pecado. Acoge el homenaje que te ofrezco en nombre de la Iglesia que está en Roma y en el mundo entero.
Saber que Tú, que eres nuestra Madre, estás totalmente liberada del pecado nos da gran consuelo.
Saber que sobre ti el mal no tiene poder, nos llena de esperanza y de fortaleza en la lucha diaria que debemos realizar en contra de las amenazas del maligno.
Pero en esta lucha no estamos solos, no somos huérfanos, porque Jesús, antes de morir en la cruz, nos ha dado a Ti como Madre.
Nosotros, por lo tanto, a pesar de ser pecadores, somos tus hijos, hijos de la Inmaculada, llamada a aquella santidad que en Ti resplandece para gracia de Dios desde el inicio.
Animados de esta esperanza, nosotros hoy invocamos tu materna protección para nosotros, para nuestras familias, para esta Ciudad, para el mundo entero.
Que el poder del amor de Dios, que te ha preservado del pecado original, por tu intercesión, libere a la humanidad de toda esclavitud espiritual y material, y haga vencer, en los corazones y en los eventos, el plan de salvación de Dios.
Haz que también en nosotros, tus hijos, la gracia prevalezca sobre el orgullo y podamos llegar a ser misericordiosos como es misericordioso nuestro Padre celestial.
En este tiempo que nos conduce a la fiesta de la Natividad de Jesús, enséñanos a andar a contracorriente: despojarnos, a abajarnos, a donarnos, a escuchar, a hacer silencio, a descentrarnos a nosotros mismos, para dejar espacio a la belleza de Dios, fuente de la verdadera alegría.
¡Oh Madre nuestra Inmaculada, reza por nosotros!
*  *  *
Recordemos que el 8 de diciembre de 1854 el beato Papa Pio IX, definió el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Tres años después, en 1857 bendijo e inauguró el monumento de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma.
Fue el Papa Pio XII quien inició a enviar flores en dicha estatua en la solemnidad de la Inmaculada. Pero fue San Juan XXIII en 1958, quien depositó el mismo en el monumento, una cesta con rosas blancas, y este hecho fue continuado por los papas Beato Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco.

Un inmigrante encuentra una cartera con 3.000 euros y la entrega a la policía:«El dinero no era mío»

El nigeriano Pedro Angelina

Un inmigrante encuentra una cartera con 3.000 euros y la entrega a la policía:«El dinero no era mío»

Un inmigrante encuentra una cartera con 3.000 euros y la entrega a la policía:«El dinero no era mío»
El nigeriano Peter Angelina
Actualizado 10 diciembre 2014
 
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Hay historias que golpean. Y esta es una de ellas. Su protagonista es un señor nigeriano, de 35 años, llamado  Peter Angelina, aunque todos los que le conocen le llaman Pedro. Para ganarse la vida suele vender pañuelos de papel en el barrio sevillano de El Tardón. Todas las mañanas está en el semáforo de la calle Juan Díaz de Solís, con Rubén Darío.

Una cartera se cae del capó del coche
Eso mismo hacía el miércoles de la semana pasada, cuando se percató de que un coche que había estado aparcado delante suyo tomaba de nuevo la calle, pero cayendo del capó del automóvil una cartera.

Pedro la cogió y echó a correr tras el coche, pero el conductor ni se percató de su pérdida. El nigeriano, algo asustado, buscó testigos entre los vecinos del barrio sobre el suceso que acababa de vivir, y cuando pasó la primera patrulla de la Policía Nacional, entregó la cartera.

Más de 3.000 euros en efectivo
A los 20 minutos, la policía fue a buscarlo para contarle que ya habían localizado al propietario de la cartera, y que la misma contenía la friolera de 3.150 euros en efectivo, y seis cheque por valor de 13.000 euros.

 “El dinero no era mío, yo no podía quedármelo, y a Dios no le hubiera gustado que lo hubiese hecho. Yo prefiero pedirle ayuda para tener suerte con mis estudios de medicina”, dice Pedro Angelina con gran inocencia.

Un médico que vende pañuelos en el semáforo
Peter Angelina es médico por la Universidad de Lagos (Nigeria), pero como su título no puede ser convalidado en España, lleva cinco años estudiando Medicina en la Universidad de Sevilla. Con lo que gana vendiendo pañuelos de papel en el semáforo de la calle Díaz de Solís se paga los estudios, que complementa con la pequeña ayuda que recibe de su padre, que es jefe de policía en Nigeria.

Un católico de la parroquia de San Joaquín
Pedro, que es católico, dice que él no es bueno, que el único bueno es Dios. Desde hace nueve años ayuda en la Eucaristía de la parroquia de San Joaquín.

“Yo tengo a mucha gente que me ayuda aquí. Siempre voy a misa y conozco a muchas personas de la parroquia”, comenta Pedro a los periodistas.

"¡Haría falta que en el mundo existieran más personas como él!", dice una feligresa emocionada: "Es una persona excepcional".

El dueño de la cartera le da 100 euros
El propietario de la cartera llena de billetes quiso agradecerle a Pedro ese gesto de honradez y le abordó el otro día en el semáforo donde trabaja todos los días: “Vino el otro día para conocerme y no le pregunté ni su nombre. Solo le pregunté que si todo lo que le había devuelto la policía estaba bien. Me dijo que sí y quiso darme 100 euros. Yo no los quise aceptar, pero me los metió en el bolsillo. Ahí los tengo”, dice señalando su abrigo. Sólo se sabe que el dueño de la cartera es un sevillano de 42 años que ha preferido guardar su anonimato.

Sor Leticia, maestra de novicias de las Dominicas de Lerma: «Cristo también utiliza WhatsApp»

Las monjas de «El Reto del Amor» cuentan como empezó todo

Sor Leticia, maestra de novicias de las Dominicas de Lerma: «Cristo también utiliza WhatsApp»

Sor Leticia, maestra de novicias de las Dominicas de Lerma: «Cristo también utiliza WhatsApp»
Dominicas de Lerma, autoras del Reto del Amor
Actualizado 10 diciembre 2014
 
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 Fue campeona de España de esgrima y hoy es maestra de novicias en un convento
 Hoy el reto del amor es que el canto no pare.
 Hoy el reto del amor es dejar las almendras en remojo.
 Hoy el reto es que no temas que los otros vean tu debilidad
«Hola, buenos días, hoy Aroa nos lleva al Señor. Que pases un feliz día». Con esta frase, las Dominicas del Monasterio de San Blas irrumpen cada mañana, desde su clausura de Lerma, en la vida de miles de personas.

Lo hacen desde hace más de dos años, a través de WhatsUpp. Y desde hace un par de semanas, desde el blog oficial de El Reto del Amor en Religión en Libertad.

Al amanecer, antes de las ocho de la mañana, ya ha salido disparado el texto desde el smartphone de la clausura: "De hecho, lo enviamos a las 07:50 cada día porque a las ocho ya es tarde para mucha gente que entra a trabajar a esa hora".

Lo explica a Religión en Libertad sor Leticia, Maestra de Novicias y la primera persona que se ha visto sorprendida por una difusión misteriosa que ha llevado al Reto a lugares tan distantes como Pamplona, Madrid, Vitoria, Sevilla, Barcelona o Valencia, o más allá: Grecia, México, Rusia, Argentina, Miami, Alemania… "Mucha gente nos conoce ya por las del reto, y ni si quiera nos ponen cara".

Sor Carmen, Aroa, Israel, Sión, Joane, Inés o Lety. Con ellas en el locutorio, lo que vemos es a tres novicias, acompañadas de su Maestra, y tres profesas solemnes, que se ocupan de darle el desayuno espiritual a toda la gente que se ha enganchado al Reto. Pero, ¿qué es El Reto en realidad?

"El Reto del Amor es un desafío a amar en el día, en tus circunstancias —explica sor Leticia—. Da igual que seas monja de clausura, o padre de familia, o estudiante… Todos estamos llamados a lo mismo, que es al amor, pero esto sólo un hombre puede enseñarnos a vivirlo: Cristo. Para vivir desde el amor, primero lo tienes que recibir de Cristo, luego lo podrás dar."

—Sor Leticia, ¿eres tú la creadora del reto?
—¡Para nada, qué va! A ninguna de nosotras se nos habría ocurrido hacer algo así. Éstas son cosas del Señor, nosotras sólo le secundamos.

—¿No os sentasteis a pensar, no hubo un proyecto, una programación, lluvia de ideas o algo así?
—¡No, no! Como te comentaba antes, la iniciativa fue toda de Cristo. De hecho, si nos paramos a pensarlo, nos desborda. De verdad, ¡las primeras sorprendidas por el Reto hemos sido nosotras!

Déjame que te diga que me parece un poco difícil entender eso, pero también siento muchísima curiosidad… ¿cómo nació El Reto?
—Por una persona que buscaba al Señor.















—¿Una de vosotras?
—Bueno, ¡todas nosotras le buscamos! Pero no, el reto no nació por ninguna de las que hoy lo escribimos. Fue algo mucho más original, al estilo del Señor. Como solemos decir, Cristo no hace discursos, sino historia… y es ahí donde podemos descubrirle. Así pasó con el Reto: su propia biografía te explica muy bien qué es.

—¿Cómo fue entonces?
—El primer Reto se escribió en mayo del 2012, pero todo comenzó unos meses antes. El 21 de abril celebrábamos los 400 años de nuestra llegada a Lerma. Todas sentíamos que se estaba derramando mucha gracia, y oramos por todo el mundo.

»Ese día, una chica llamada Isa, a la que no conocíamos y que se había convertido hacía un año y medio, se encontraba en su casa con un fuerte bajón de conversión. Sentía que no podía más, estaba a punto de abandonar. Justo cuando nosotras estábamos en esta Eucaristía de acción de gracias, ella cayó de rodillas en su habitación y oró pidiendo ayuda al Señor. En ese momento, levantó la vista y vio en su estantería el libro ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? Alguien se lo había regalado. Es un libro que recoge testimonios de diez monjas de diferentes Órdenes. En él leyó mi testimonio y sintió que Cristo la levantaba. Inmediatamente se fue a buscar una Eucaristía. Eso fue un sábado. El domingo me llamó al monasterio, sin conocerme de nada, y empezamos a hablar.

—Me imagino que esa conversación daría para mucho…
—Sí, fue una conversación muy profunda. Ella me siguió llamando a partir de ahí. Yo le dije que, con la oración y el amor, uno es feliz. No se necesita más en la vida. Entonces ella me pidió: “Enséñame a amar”. Pero, ¿cómo se enseña a alguien a amar? ¡Y además a distancia! Porque yo también he tenido que aprender: en la oración es donde Cristo me enseña a amar. Por eso comencé a compartirle el final de mi oración de la mañana. Fue una forma de dejar que mi Maestro fuera también el suyo.

»Empecé a enviárselo por sms, porque entonces no tenía WhatsApp. Al cabo de quince días me dijo que ella no se lo podía quedar, que sentía la necesidad de compartir con más gente y reenviarlo. Yo le dije: “De acuerdo, pero cada mañana te seguiré escribiendo a ti”.

—¿No te importó que se hiciese público algo tan íntimo?
—No, no me importó porque creo que a un consagrado se le tiene que poder ver desde todos los prismas, tiene que ser transparente.

—¿Cambió tu forma de escribir?
—Nosotros somos una Orden que se caracteriza por ayudar a cada persona en concreto. Queremos llevar a cada persona al Señor. Yo seguí escribiéndole sólo a ella durante ocho meses. Lo que ocurre es que, lo que vale para el corazón de uno, también vale para otros. Por eso ella lo reenviaba.

—¿Qué es ahora de esa chica?
—Actualmente es una gran amiga de la Comunidad, vive muy estrechamente junto a nosotras. Ahora da testimonio de su encuentro con Cristo, del amor del Padre, de cómo le cambió la vida al empezar a amar.

—¿A cuántas personas llega ya El Reto?
—¡Uy! ¡Es imposible de saber! De hecho, nunca hemos entrado en cálculos. Sólo te puedo decir que nosotras desde aquí se lo enviamos directamente a unos setecientos contactos, pero, a partir de ahí, le perdemos la pista. Aunque de vez en cuando nos llegan testimonios que nos hacen caer en la cuenta de hasta dónde puede llegar el Señor.














—Esto es exponencial, porque gran parte de esos setecientos se lo reenvía a otros tantos contactos.
—Sí, es verdad. Vemos que la gente tiene mucha sed de descubrir el rostro de Cristo, de sentirle como una persona cercana y viva que permanece junto a ti. Además con el móvil es muy fácil, porque el Señor se cuela en el bolsillo de la gente.

—¿Quiénes os piden el Reto? ¿A qué tipo de personas le llega?
—Hay de todo. Grupos, parroquias, familias, amigos, jóvenes, monasterios… Uno de los casos que más me llama la atención es que les llega a un grupo de presos de la cárcel de Pamplona. Desde que nos enteramos, nos sentimos muy unidas a ellos.

—De clausura a clausura.
—De corazón a corazón. Para Cristo no hay rejas.

—¿Cómo os colasteis en la cárcel?
—Un amigo se lo reenvía a una persona que hace allí una labor pastoral. Un día esta persona les leyó el Reto a un grupo del módulo de hombres y muchos se emocionaron. La noticia nos llegó en un momento en el que necesitábamos un empujoncillo del Señor.

—¿Monjas con bajón?
—Sí, somos monjas, pero humanas. También hay momentos complicados en los que sentimos el desánimo o el vértigo, como cualquier cristiano. Al recibir este testimonio tan impactante, experimentamos muy fuerte que Cristo nos animaba a seguir adelante.

—Me imagino que será muy difícil escribir cada día algo nuevo… ¿No os resulta pesada esta constancia diaria?
—Cuando las novicias me dan un Reto escrito por ellas, siempre me dicen: “Éste es el último… ¡ya no me sale más!”. Sin embargo, Cristo es novedad continua, nunca se acaba. ¡Con Él, la aventura siempre no ha hecho más que empezar!

—¿Quién escribe El Reto?
—Cada día una, pero sin orden establecido. Unos días, una; otros días, otra. Realmente nos pasan muchas más cosas de las que contamos, pero es difícil poner palabras a las vivencias, a lo que ocurre en tu interior. Deja que te ponga un ejemplo: cuando vuelves después de un viaje, ¿qué les cuentas a tus amigos?

—Pues les enseño fotos de los lugares que he visitado, les cuento las cosas que he hecho, con quién he estado…
—Genial, pero todo eso son cosas del exterior. ¿Les hablas de cómo te has sentido, de qué has experimentado, de qué ha producido ese viaje en tu interior?

—Depende del viaje. Tal vez después de una peregrinación… pero no por norma general.
—¡Exacto! Ahí está la cuestión: no nos han enseñado a compartir desde dentro, por lo que nos resulta difícil muchas veces compartir las maravillas que hace el Señor, pues nos cuesta expresarlo con palabras. ¡Ésta es la esencia del Reto!

»Compartir desde el interior. Y, como es una vivencia, es personal. Por eso siempre nos presentamos, porque El Reto no lo escribe ni lo envía un ente sin cara, sin personalidad. Tampoco lo envían las dominicas, así, en genérico. No. El reto lo escribe Joane, o Israel, o Aroa, o Sor Carmen… Porque el Reto es de corazón a corazón. De lo que Cristo le ha hablado al corazón a una de nosotras y que nosotras, a su vez, lo compartimos con alguien, en quien pensamos al escribirlo. Cada reto tiene una cara. ¡Incluso en eso nos ha hablado el Señor!

—¿Es entonces un mensaje personal?
—Nuestra Orden es de ayudar de forma personalizada. Así es como se escribe también el Reto, pensando en alguien en particular. ¡Cuántas veces nos han dicho: “Dios nos ama a todos”! Y es verdad, pero lo que te cambia la vida es experimentar que Cristo te ama a ti. ¡A ti! Se fija en ti, te mira a ti, se te entrega a ti y te ama ti.

—Por curiosidad, ¿monjas con iPhone?
—Sí, nos lo han regalado. A mí me da lo mismo uno que otro, pero, si el Señor nos ha provisto de este cacharro, pues con éste lo enviamos.

—Sinceramente, no había oído que se hiciera nada parecido en ningún otro convento.
—Benedicto XVI animó a los monasterios a ser oasis del espíritu. Todos estamos llamados a trasmitir nuestra vivencia de Cristo, y cada uno, a su manera, lo hace; tal como Él se lo ponga en el corazón: libros, páginas web… Nosotras lo hacemos así, pero la exclusiva es siempre del Señor.

—¿Qué opina la priora del monasterio?
—Digamos que está encantada… ¡es una de las reteras!

—¿La priora escribe retos?
—Sí. La priora actual del monasterio es sor Carmen. Ella ya escribía antes de ser elegida para este cargo, y ahora sigue haciéndolo.

—Que lo escriba la priora o la maestra de novicias, lo entiendo. ¿No es un poco arriesgado el que lo escriban también las novicias?
—Cuando lo escribe alguna de ellas yo siempre lo repaso, pero sólo por su contenido teológico. El Reto no es Teología, aunque la contiene. El Reto es testimonio y, por tanto, no oculta la pobreza de cada una. No está escrito por monjas perfectas, sino por monjas enamoradas. En El Reto nos reímos de todas las veces que la liamos… ¡y no son pocas!

—Ese tipo de testimonios puede no hacer gracia a según qué gente. Se piensa que las monjas de clausura tenéis que ser ejemplares.
—¿Ejemplares? ¿En qué sentido?

—Modélicas… tal vez perfectas…
—Cuando yo entré en el monasterio, intenté esforzarme por llegar a serlo, y me convertí en una persona seria, indiferente… Pero el corazón descansa en el amor, en sentirse totalmente dependiente de Cristo, que te ama en tu pobreza. Mi salvación no depende de mis obras, no depende de mí. Mi salvación está realizada en Cristo. Él es mi justicia.

—¿Eso no es un poco relativista? Me refiero a que parece una postura cómoda ante el pecado y la moral.
—¿Relativista? Hemos sido salvados a un precio altísimo por Cristo. Es un don de Dios, pero a nosotros se nos pide que creamos en ello, que nos dejemos salvar. No es que no vayas a hacer nada… pero todo cambia de perspectiva. Ya no haces obras para salvarte, sino que se transforman en obras de salvación. Porque sientes su amor incondicional, tú puedes amar. Así el corazón descansa.

—Te aseguro que no es como yo lo entendí de pequeño… Esto, explicado así, cambia mucho las cosas.
—¡Lo cambia todo! ¿Sabes dónde está la diferencia? ¡En la sonrisa! ¡Cristo quiere que seas feliz!

—¿Cómo es el proceso de cada reto? ¿Cómo nacen cada mañana?
—A lo largo del día nos pasan mil peripecias en las que vemos al Señor, y siempre hay alguna que grita: “¡¡¡Esto es de reto!!!”. Así que no es raro que por la noche, después de la oración de la tarde, haya algo escrito. Y, si no lo hay, al día siguiente lo escribo yo en la oración de la mañana y lo envío.

—¿Cómo lo escribís? ¿Usáis un cuaderno y luego lo transcribís?
—Bueno, alguna vez. Pero Cristo se adapta a cada uno. Hay quien prefiere papel y boli, y hay quien, como las del Noviciado, lo escriben directamente en la tablet.

—¿También tenéis tablets?
—¡Sí, una cada una! Nosotras vivimos de la Providencia y nos los regalaron. Ahora lo usamos para todo: para rezar, para nuestra lectura espiritual, para estudiar… para todo. Si nos hubiesen regalado estos cacharros hace un tiempo, yo me hubiese extrañado, pero para El Reto son la herramienta perfecta. ¡La Providencia no se equivoca!















—Si no recibo el Reto, ¿qué tengo que hacer para conseguirlo?
—¡Esa es una de las últimas aventuras en las que nos ha metido el Señor! Desde hace unos días, Cristo nos ha regalado comenzar un blog aquí, en Religión en Libertad, donde lo subimos cada mañana. ¡Eso sí que no lo habríamos imaginado nunca! Para muchos, es la forma más sencilla y rápida. Pero, si alguien quiere recibirlo en su móvil, puede escribirnos a nuestro correo: vivedecristo@gmail.com

—Para terminar, ¿cuál sería la finalidad del Reto, por definición?
—Llevar a la gente a Cristo. El Señor quiere que leas sobre Él, que hables de Él, pero, sobre todo Cristo quiere que hables con Él. Quiere entrar en tu vida como entra tu gente más querida. Quiere regalarte unos ojos nuevos para que puedas descubrirle en los pequeños detalles de tu vida cotidiana.

»Nuestro objetivo es que quien lo lea pueda comenzar el día mirando a Cristo, para vivir la jornada con Él desde el amor. Queremos enseñar a todo el que quiera a orar y a amar; es decir, recibir todo de Cristo para después darlo.

»Es parte de nuestra espiritualidad dominicana: “contemplar y dar lo contemplado”, reza nuestro lema. Cristo nos hace felices… ¡y queremos compartirlo con nuestros hermanos! Todos podemos vivir así porque Cristo no es sólo para los sacerdotes y las monjas; Cristo es para los cristianos. ¿Y tú? ¿Quieres ser feliz? ¡Vive de Cristo!